viernes, 31 de mayo de 2013

Poema de NELSON MANDELA

En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere,
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias,
no he gemido, ni llorado,
ante las puñaladas del azar, si bien he sangrado,
jamás me he postrado.

Más allá de este lugar,
de ira y llantos,
acerca la oscuridad,
con su horror.

No obstante,
la amenaza de los años,
me halla, y me hallará, sí,
sin temor.

Ya no importa,
cuan recto halla sido el camino,
ni cuantos castigos,
lleve a la espalda.

SOY EL AMO DE MI DESTINO,
SOY EL CAPITÁN DE MI ALMA.

--- Y yo digo:
¡Viva la Libertad!